miércoles, 2 de octubre de 2013


TEMAS ESPECIALES





Este tema trata sobre el anime en general y la armonía que debe existir entre sus elementos. La intención de este escrito es la de brindar mayor claridad en la visión y comprensión de factores que son determinantes a la hora de alcanzar un segundo nacimiento para el anime.









_______________________________________________________



martes, 1 de octubre de 2013


  
 






Los reflejos de Utopía no pueden ser vistos en el anime mientras este no conozca su segundo nacimiento. Cuando el espectador ve los reflejos de Utopía en las estructuras vitales del anime, es porque esta ante un casamiento de amor puro y espiritual.








En los últimos tiempos, pocas veces el alma y el cuerpo del anime recorren la senda donde deja sus huellas la armonía.  Cuando el anime deja de hacer este recorrido, es cuestión de tiempo para que se borren estas huellas.




En otros caminos, el anime en su embriaguez se entrega a lo absurdo y a lo perverso.  Unos miembros del espectador brindan un fuerte rechazo a esta actitud. Sus otros miembros: la mayoría, le dan una cálida bienvenida. Lo sensato del espectador mira con horror la forma en que el anime se niega a experimentar el segundo nacimiento.







Como algo existencial, el anime es esencia y forma. 

El anime no son propósitos, ideas y emociones transmitidas  mediante un lenguaje animado. Tampoco es un lenguaje con el cual se transmite  propósitos, ideas y emociones. Su esencia y forma no solo es alma. Tampoco es solo es cuerpo.

El anime es un alma y un cuerpo que están en sustancial unidad.  Es la unión fundamental entre los propósitos, ideas y emociones con el lenguaje animado que los expresa. Dicha unidad entre el cuerpo y el alma es lo que hace el anime sea anime.

El cuerpo y el alma del anime son como el agua dentro de un recipiente redondo, donde el agua es la esencia y la forma es la redondez que adquiere el agua.
Los constructores con sus propósitos, inteligencias y ejecuciones, son quienes toman el agua del océano del conocimiento. Son los que elaboran un recipiente a la que le someten a una forma. Son los que depositan aquella agua en el recipiente elaborado.



Cuando los constructores llevan al cuerpo y alma hacia el segundo nacimiento, el anime adquiere transcendencia; vida para los siglos venideros.

Riqueza de lo sencillo, armonía de bellezas intangibles. Fuego que puede calentar corazones fríos e incendiar ánimas. Se conoció un segundo nacimiento en el anime cuando se encendió la fogata con Clannad y Air.




Bellezas llenas de cultura mas cultura llena de bellezas. Resplandor que puede cegar por su misterio e intelecto. Ocurrió  un segundo nacimiento cuando el anime dio a luz a Mushishi y Haibane Renmei.



Descubrimientos que paralizan. Verdades con espinas. Recorridos que pueden asombrar y conmocionar el espíritu. Se reveló un segundo nacimiento cuando el anime paralizó con Planetes y Monster.



La trascendencia de un anime no puede ser una realidad mientras su unidad sustancial no tenga una armonía elemental. Este estado no puede existir si antes el alma y el cuerpo no tienen una fundamental armonía consigo mismos.

Aún cuando lo absurdo y perverso vuela disfrazado de hermosura en los sueños del espectador, Utopía es un lugar con el que este no puede evitar soñar.











El anime tiene intelecto y voluntad, en el sentido en que estas son el reflejo del resultado de intelectos y voluntades reales. Los constructores y el espectador son quienes causan este reflejo.

Lo espiritual, intelectual y emocional son los elementos del alma del anime tanto en esencia como en forma.
El anime por medio de voluntad e intelecto, se hace de rasgos emocionales, intelectuales y espirituales.
Los elementos espirituales en el anime son los principios constructivos de su comportamiento.  Estos son los que producen admiración en el espectador, mas  así mismo lo inclinan a bienes integrales como la valentía, la perseverancia, la sabiduría, el amor sin egoísmo, etc.

Unos padres que hacen de la felicidad de su hija, su premio y alegría. Una joven que abraza su dicha en el invierno de los espíritus. Estos tesoros son propios de la belleza espiritual.



Los elementos intelectuales en el anime son los argumentos, ideas y pensamientos sometidos a la  coherencia, el orden y elemental realidad.  Son estos elementos los que evitan estar sin rumbo o caer en el absurdo.

Lámparas que iluminan el entendimiento. Razones pinceladas con filosofía y genialidad. Estas son expresiones de la  belleza intelectual.




Los elementos emocionales en el anime son sus veranos, inviernos, primaveras y otoños. Son las expresiones sensibles del anime.

Un ser inocente que llora en los brazos de un espíritu afligido. Un ánima en pena que contempla la nostalgia a la distancia del no retorno. Si, estas son manifestaciones de la belleza emotiva.



Cuando las bellezas espirituales, intelectuales y emocionales están en armonía durante una escena, un capitulo,  un personaje, el anime en general; la mismas poseen genuina belleza.



Si el cuerpo no tiene alma que le de vida, ¿cómo vive? Si el lenguaje no tiene que transmitir, ¿qué transmite?
El anime no es tal si su cuerpo carece de alma.







Los diseños. La animación. El sonido. El silencio. La música, etc.
Estos son elementos del cuerpo del anime.
Siendo este cuerpo esencia y forma, también lo son sus elementos.
Si el alma del anime careciera de su cuerpo, no sería anime.

¿Puede el alma del anime denotar un espíritu de luz o uno de oscuridad sin un cuerpo que los manifieste?



¿Qué sería de una escena de acción o una de hermosa incertidumbre, sin un cuerpo que transmita la debida sustancia?



¿Puede comunicarse un estado de serenidad por medio de los sonidos, si no existe un cuerpo que estimule el sentido del oído?




El anime no es anime si carece de cuerpo.







Solo en la senda donde deja sus huellas la armonía es posible el segundo nacimiento. El anime manifiesta que camina en esta senda cuando su cuerpo y alma están en armonía consigo mismos  y entre si.




La primera fundamental armonía en el anime, es la del alma

Un  anime tiene  rumbo, lógica elemental e interés prolongado cuando lo emocional se subordina a lo intelectual, mientras los elementos intelectuales cuidan y beben de los veranos, inviernos, primaveras y otoños.

Las lagrimas de Soujiro Seta. El estilo narrativo de Cowboy Bebop. El argumento de Hotaru no Haka. Las ocurrencias de Youhei Sunohara. Estos son ejemplos de cómo lo intelectual ordena y se impregna de lo emocional.

                                                               
                                               
Un anime produce admiración mas construye al espectador cuando lo intelectual se embellece y  profundiza con lo espiritual. Asimismo, este último se ordena con los pensamientos, ideas, argumentos y demás elementos que componen lo intelectual.

Esa sonrisa perseverante y sincera de Hana. Las joyas de la amistad que nos regala Sakamichi No Apollon. Aquella entrega paciente y alegre de Kawachi Daikichi . El amor a la familia con la que nos incendia Clannad.  Estos son ejemplos de cómo lo espiritual construye a lo intelectual.




La segunda elemental armonía del anime es la del cuerpo. Sin embargo, como sus carencias son mucho menos numerosas y considerablemente más notables a la percepción del espectador, no trataremos de ella en este tema.

La tercera fundamental armonía, es la que se da entre el alma y el cuerpo.
El alma es más sustancial que el cuerpo, pues los elementos espirituales, intelectuales y emocionales son los que animan el sonido, el silencio, los diseños, la animación etc. Por esta razón, para que exista armonía entre ambos, debe el cuerpo subordinarse al alma.



El segundo nacimiento del anime ve la luz material cuando se dan las tres fundamentales armonías.

La conmoción y las lágrimas son un efecto común en el espectador cuando sus miembros abrazan el segundo nacimiento.









El orden en sí mismo sobrepasa el entendimiento humano y en general es existencialmente independiente de este.

El espectador no advierte que lo que el percibe como hermosos gansos que vuelan en el firmamento de sus sueños, son los males con los que este infecta la realidad.





A diferencia de infecciones fermentadas por productores, directores, guionistas, escritores, dibujantes, y demás constructores; los males con los que el espectador infecta el anime, son en su mayoría de conducta pasiva. Sin embargo, estos resultan elementales para que los males activos cumplan su absurdo y perverso objetivo. El alma desfallece cuando Caos la gobierna.



Ocurre que en el alma del anime:

Si para transmitir emociones y sentimientos, los constructores no subordinan lo emocional a lo intelectual en los aspectos elementales; el anime se hace un absurdo.




Si para transmitir ideas, lo intelectual quiere prescindir de lo espiritual; el anime no solo no construye, sino que pervierte y oscurece.




Cuando en lo elemental, se prefiere al cuerpo y no al alma; el anime se convierte en algo superfluo que habla mucho pero no dice nada.




Cuando todo este caos gobierna, al despertar el espectador de su sueño, lo sensato de este solo puede ver una realidad infectada. Un anime absurdo. Una esencia enferma. Un alma muerta.




Estamos viviendo en los tiempos en que se da más importancia al cuerpo que al alma del anime. Periodos en que no se quiere hacer constructivo lo intelectual por medio de lo espiritual. Temporadas en que se pretende que lo emocional camine prescindiendo de lo intelectual.
El anime en general no quiere volar. No quiere construir. No quiere pensar. No quiere ver. El anime ha perdido su destino.








En las profundidades de los anhelos y sueños del hombre se encuentra la tierra de Utopía. En el subterráneo de este lugar hay un gran río de luz que alimenta a Utopía con el orden, la justicia, el amor, la armonía, la concordia, la paz y el bienestar. En esta tierra también puede existir el malestar, la imperfección y lo perecedero; pero siempre se siente minúsculo por la presencia del bien reinante. En esta tierra las esposas solo pierden a sus maridos en la vejez, cuando después de una vida llena de dicha están a la espera de felicidades mayores y desconocidas.



El hombre desea ser feliz en este mundo. Este deseo es lo que hace que sus sueños tengan muchísimo parecido con la realidad. Sin embargo, la tierra de Utopía puede diferenciarse de un sueño lleno de bienestar, en que este último puede carecer de los demás elementos que conforman aquel río de luz.

Por grave que sea la infección que padece el espectador, este no puede evitar ser vencido por las lágrimas cuando ve los reflejos de Utopía en las alegrías, resplandores e incendios del segundo nacimiento.



No sería posible tanta conmoción, si Utopía no habitara en las profundidades del espectador. Sus lágrimas al ver el segundo nacimiento en un anime, es una prueba de que lo trascendente se impone ante las tendencias y modas.



Lo abstracto de las bellezas de animes que conocieron un segundo nacimiento, fueron vistos desde mucho antes de conocer la luz material. Los constructores vieron aquel río de luz cuando cerraron sus ojos.

Es tan grande el mal con el que el espectador está infectado, que hasta vuelan en los altares de su ser. Sin embargo, estos males no han llegado a los rincones más profundos del espectador. Utopía sigue siendo deseada.

En tierras lejanas a Utopía, aquellas donde el espectador pasa la mayor parte de su sueño, este no puede evitar sentir tristeza cuando ve la casa que lo conduce a la realidad. No verá los reflejos de Utopía cuando regrese.



Mientras el espectador siga viendo a los males infecciosos como hermosos gansos que vuelan en los cielos de sus sueños, al despertar: seguirá viendo como cada vez quedan menos huellas de la armonía en aquella senda donde el anime puede conocer su segundo nacimiento.





El espectador del anime no es más que un minúsculo miembro del Espectador de los Sucesos, quien es parte de la Humanidad.  Esta conoce por su historia que la misma navega entre la calma y la tempestad.  Muchos tiempos de crisis pasaron a tiempos de bienestar porque se destruyeron muchos esquemas equivocados y mortíferos. Los tiempos son las personas que viven en el. 

El espectador como parte integral del Espectador de los Sucesos, sabe que un día él anime en general volverá a recorrer la senda elegida por la armonía. Ese día, los males aunque puedan disfrazarse de hermosura a la vista del espectador, ya no estarán en los altares de sus sueños, ni serán tan numerosos.

El espectador no puede evitar suspirar por Utopía. Este suspiro, esta espera, se hace más presente cuando al despertar de su sueño se enciende una vela en la oscuridad. Cuando en la senda donde la armonía deja sus huellas, el cuerpo y el alma del anime se casan y se aman. Cuando el anime conoce su segundo nacimiento. Cuando vemos los reflejos de Utopía.